lunes, 28 de febrero de 2011

La diosa amor

Hoy quiero hablarles jóvenes padawans acerca de un tema tremendamente inquietante. Quiero hablarles del terrible problema de “La diosa amor”.

Todos en algún momento se enamoran, es una necesidad social de la persona. El enamoramiento es un estado que combina reacciones fisiológicas, sentimientos, sensaciones, emociones; un enamorado se aturde, pierde la noción del tiempo, un enamorado “Voit la vie en rose”. Pero creo que lo más común cuando uno se enamora es la idiotez que adopta.

Hay un problema grave con algunos enamorados, y es que confunden estar enamorados con amar a alguien. El enamoramiento es un estado, el amor es un comportamiento. Muchas veces el amar a una persona implica luchar contra el lado idiota del enamoramiento, usar la razón y buscar únicamente el bien de la otra persona.

Lo que sucede con los enamorados es que suelen creer en esta especie de diosa que justifica todo tipo de actos “en nombre del amor”. Los enamorados suelen cometer locuras, idioteces o injusticias justificándose  que fue hecho por amor, y que el amor lo vale. No es que yo sea un anti-romántico, para nada. Lo que en realidad soy es: un anti-romanticismo.

El romance es un intermedio ameno en el que el amor y el enamoramiento encuentran su punto de equilibrio. El romanticismo es un punto donde el enamoramiento deja de lado el amor –que implica la razón y la voluntad- para adueñarse de la situación.

La diosa amor no es ajena a todos, yo la he conocido bien. Los amantes suelen glorificar o santificar sus actos por haber sido realizados por “amor”. No es una ni dos veces las que he escuchado en las noticias: La maté porque la amaba, yo la golpee porque la amo y ella me engañó, y decenas de frases como estas poniendo el falso amor como razón para los errores.

Que me odien los que me odian y que se les sumen los fanáticos de Romeo y Julieta pero esa pareja es el típico ejemplo de idolatría del amor. Dos jóvenes que se matan porque creen que su amante ha muerto ¿es acaso el amor razón de muerte? Romeo y Julieta son dos niños que viven cegados y controlados por sus impulso y su natural raciocinio hormonal adolecente.

Otro de mis ejemplos favoritos son la pareja de enamorados más melosa del mundo cuando uno de ellos debe irse a otra ciudad puesto que ha conseguido la oportunidad de estudiar en una universidad magnífica. Y no quieren separarse, y como están tan enamorados no se separarán y decide rechazar la oportunidad o forzar al otro a rechazarla.

Otro muy bueno es la pareja de enamorados que pierde la noción del tiempo. Siempre dicen: tus padres no comprenden que nos amamos y por eso no te dejan salir conmigo. No, idiota, es porque sale contigo y llega a las 3 de la mañana oliendo a telo barato.

O la parejita que busca la prueba de amor. -Si me amaras de verdad te quitarías la ropa ahora mismo y haríamos “el amor” y luego me harías un petardo –Pero yo quería esperar hasta el matrimonio. –Pero si me amaras harías caso a tu cuerpo y a tus instintos animales y tendríamos sexo toda noche. Cachorros, cualquier imbécil puede hacer lo que su cuerpo le ordena; pero no cualquiera puede controlar sus impulsos.

La diosa amor es para los amantes irracionales como Alá para los musulmanes extremistas. Creen que esté ídolo es causa suficiente para cometer homicidios, atentados o idioteces de menor escala. Sólo piénselo por un momento:

-Muerte a los infieles, rararaararararaara (BOOM).
¿Por qué lo hizo? Por Alá.

-Eres una zorra, yo te amo. Tú no te puedes ir con ese imbécil, tú eres mía. Si no eres mía te mato. (Bang).
-Señor ¿Por qué la mató?
-Por amor (llorando).

-¿Por qué te acostaste con él?
-Por amor.
-Mamita el bebé no come amor, no vomita amor y no caga amor. No puedes ir a la farmacia, pedir un paquete de pañales y pagarlos con amor.

Creo que lo mejor para acabar con este terrible problema de la diosa amor es anteponer la razón a los impulsos. Antes de hacer cualquier tipo de tontería “por amor” hay que sentarse , relajarse, tener la cabeza fría y pensar muy bien las cosas antes de actuar. Lo mejor es preguntarse: ¿Es, realmente, lo mejor para él/ella?

El verdadero amor no es sentir lo mejor, es dar lo mejor.

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