Sentado fuera de mi pensión acompañado por un pucho, un café, un zippo, mi celular, la música, y la noche solitaria y callada. La noche que conspira con la vida susurrándome al oído, seduciéndome.
La noche que se esconde tras la uniforme oscuridad, y la vida que me inspira a seguirla. Un sentimiento de duda, un frio algo cálido que recorre mi cuerpo, siempre partiendo del pecho y extendiéndose a través de mis venas.
Y mi cuerpo, que descansa, que descansa profundamente mientras mi mente juega, juega con las estrellas, que una por una se van apagando, tienen sueño, ya es tarde, necesitan descansar. Sin embargo mi mente no descansa, mi mente juega, juega todo el tiempo con el tiempo, juega en todos lados aunque yo no esté ahí.
Mi mente, un ser aparte, a veces incontrolable, que se mueve por el mundo sin límites, no reconoce fronteras puestas por el hombre, no reconoce las leyes de la física o la química.
Mi mente, que ha llegado a lugares donde nadie más ha llegado; mi mente, que ha jugado ajedrez con Einstein, que golpea con manzanas a Newton. Mi mente, juega golf con las estrellas y futbol con la luna; mi mente, que todos los días visita a Alf en melmag.
Es pues mi mente, quien ha trascendido a través del tiempo y del espacio; es pues mi mente quien patea a Hitler en las bolas; es pues mi mente quien electrocuta a Edison durante una tormenta; es pues mi mente quien pelea junto a Leónidas en las termopilas; es pues mi mente quien vuela al lado de superman y lo aleja de la kriptonita.
Es mi mente la única capaz de cantar una canción sin letra, o leer un libro sin palabras; es mi mente la única que ha probado el sabor de las nubes y descansado sobre ellas; es mi mente la única que ha comido arroz chaufa en Plutón o prendido un pucho con el sol; es mi mente la única que toma la vialactea con chocolate todas las mañanas.
Es mi mente que juega carreritas hasta el fin del espacio, ida y vuelta. Es mi mente la que juega con la economía mundial. Es mi mente la que recoge piedras del centro de la tierra. Es mi mente la que ve el cielo verde un día de verano.
Es mi mente, y de nadie más podría ser.
1 comentario:
no se en que te insipras para escribir esas cosas tan cheveres pero igual te sale brabavazo, sigue haciendo lo que te gusta hermano sigue escribiendo ya que nadie sabe lo bien que le hace a alguien escribir.
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