viernes, 17 de octubre de 2008

"¡¡¡Al Piso y Callados!!!"

Estoy escribiendo buscando pasar el tiempo, pues para “cambiar mi rutina” he sido nuevamente castigado. Este es un castigo algo especial, algo a lo que los profesores no habían recurrido en mi caso; estoy felizmente sentado al lado de la escalera principal de mi colegio. Junto a mí se encuentra Fernando, mirándome escribir y riendo con un notable sarcasmo.

Una compañera acaba de bajar por las escaleras, y al vernos desde arriba desacelera su paso y con un suave movimiento de manos sujeta su falda buscando evitarnos un leve momento de terror o placer. La salude llamándola enérgicamente por su nombre, y ella respondió planteándonos una interrogante “¿Qué hacen acá?”, una respuesta involuntaria rompió el silencio: “me botaron para variar”, compartiendo una sonrisa burlona ella sigue su camino hacia el baño.

Pasa el tiempo y las palabras – o la falta de ellas- son un claro indicador de cómo se lleva mi relación con Fernando.

El retorno de mi compañera era algo predecible, y aprovechando este suceso en medio del muy desafortunado castigo opte por pedirle su correo; un rápido y coordinado movimiento de manos (algo raro en mi porque normalmente parezco un pez fuera del agua) ponen mi cuaderno y mi lapicero a su disposición; al regresar estos a mí y revisar la dirección escrita por ella, agrego: “y la dedicatoria”. Ella sonríe y alegremente pregunta ¿Qué te pongo?”; ese ingenio típico de mi demuestra nuevamente trabajar por sí solo y responder con las mas rebuscadas palabras dentro de mi vocabulario: “no sé”. Me gusta tu cabeza –fueron las palabras que ella dijo mientras que escribía, mirándome a los ojos y tratando de ser amable. Nuevamente mi extravagante personalidad sale a notar y dice:”me gustan tus dientes” (tiene frenos); y rio ligeramente.

Se escuchan voces y palabras algo violentas y subidas de tono; una discusión se acerca a nosotros. Es un profesor y un alumno (que sinceramente me alegra verlo en esa posición), el profesor nos mira sorprendido y pregunta “¿y ustedes que hacen acá?”; y una vez más mi respuesta fue ¡¡estúpida!!: “lo mismo que el” (señalando al alumno en problemas). El profesor llevó al alumno alejándolo de nosotros. Sin embargo la distancia no pudo disimular el cortante y gracioso “carajo” o el “mierda” que el profesor proliferaba tratando de educar al joven.

Luego de esta graciosa escena el odioso y gratificante timbre anuncia el inicio del recreo; lo que me hace pensar en las muchas aventuras que viviré en los próximos treintaicinco minutos. Siempre hay aventuras, solo basta saber buscarlas.

8 comentarios:

Bruno dijo...

A que hora fue eso?

Anónimo dijo...

jejeje por lo menos te puso algo vonito en al dedicatoria, pudo haberte puesto "creo que eres uan persona AGRADABLE" esa es una de las palabras mas fria que he escuchado y que se dicen solo por compromiso o la clasica que ponene cuando no saben que decir es "me caes muy bien y eres buena gente"!

Muy interesante el post!

Luis XIX dijo...

Si esas frias respuestas , q amalgaman a las personas q no t saven q decir.
Esa mente la tuya paralelas a tus diitas diego hacen de ti un personaje enigmatico en el aula, el aveces réprochado mimbesil, oel otroras "mimbela wevon, callate mela"
Esaa suerte solo tuya t hace de ese enigma q te tacho.
Cdt.
Buona notte!

Luna dijo...

tu tambien escribes muy bien, espero igual que tu poder conversar contigo.

comnt me!


aioz!*



nz!

luis dijo...

siempre hay aventuras...me ha gustado el final.

Wara dijo...

Medio confuso tu relato... pero me pareció interesante.
Saludos.

Cecilia

Anónimo dijo...

aventuras de colegiales vaya y pense q lo habia leido todo en blogs, este es el priemro q leo escrito por un colegial - joseguillen

Bruno dijo...

esa es cuando nos prendimos uno jajajajajajajajajajajajaja al suelo al suelo y callados! jajajajajajaja y yo te dije vamo a jugar a la guerrita? jajajajaja